
En esta época, todos hablan de calidad de productos, de calidad  de  procesos,  calidad  de  servicios,  calidad  de sistemas... Muy  poca  gente  habla  de  calidad  humana, de   calidad   de   vida...  y   sin   ella,  todo  lo  demás   es apariencia, sin fundamento...
Hablar  de  calidad  humana, es cuidar nuestros vínculos  con  los  demás. Necesitamos rehacer nuestros vínculos humanos... 
De  nada sirve  trabajar  de sol a sol en un lugar donde  no tenemos amigos, y llegar cansados a un  hogar  en  el  que nadie se interesa en saber cómo nos fue.
¿Para qué trabajar tanto si nos sentimos solos?    Es triste leer un libro y no tener a alguien con quien comentarlo, es doloroso sentirse preocupado y no contar con una persona a quien abrirle el corazón.
De   nada   vale   estar  al frente  de una cancha de tenis, de fútbol o frente a un  juego de salón, si no tenemos con quién jugar, con quién disfrutar ese momento. 
¿Para  qué  tener  lo  que no  se  puede compartir?
Ni  las cosas ni el dinero poseen  valor intrínseco.
El   valor  de  lo  material está   en   su   aplicación, en  el  servicio a  alguien más   o   la   convivencia con alguien más.
La belleza de tener     está en compartir.
La magia de luchar      por una prosperidad económica, estriba,       ni más ni menos, en poder ver sonreír a alguien a quien le damos el privilegio de disfrutar lo que ganamos.
Eso es parte de la naturaleza humana:
dar, convivir, amar, servir...ayudar.      ¡HAZLO!
En muchas ocasiones estamos asustados, asustados  de lo que tal vez no podemos hacer; asustados de lo que pensaría la gente si tratamos.
Permitimos que nuestros miedos  se interpongan en nuestros sueños.
  Decimos no, cuando queremos decir si.
Murmuramos cuando queremos gritar, y después... después gritamos a quien no teníamos que hacerlo. ¿Por qué?
Después  de  todo, cruzamos  por  esta  vida una sola   vez,  no   hay   tiempo   para   tener  miedo.
Así   que  intenta...  Intenta  aquello  que  no  has hecho,   arriésgate,   participa   en    el    maratón, escribe  aquella  carta, enfréntate como ganador  a las cosas cotidianas
Baila, habla en contra de lo que no te gusta, visita  pueblos  que  no  conozcas,  da   ese beso  que  te  provoca, no te quedes con el abrazo   contenido   ni   la   risa   escondida,  llámalo(a) y dile cuánto lo(a) amas...
El tiempo no regresa.
No tienes nada que perder y todo...
¡Todo que Ganar!
jueves, 27 de septiembre de 2007
CALIDAD HUMANA
Publicado por
Alikhandr@
en
jueves, septiembre 27, 2007
 
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1 comentario:
¿Para qué tener lo que no se puede compartir?
Hay que preocuparse más por ser, que por tener.
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