jueves, 6 de noviembre de 2014


 

Abrió la ventana  e inspiro el aire frio de la mañana, era un día gris, quizás tan gris como su propia existencia, pensó nuevamente en él, el que dormía en la habitación contigua  tan cerca y a la vez tan lejos, hacía tiempo que trataba de no pensar en sus sentimientos, se obligaba a si misma  repitiéndose una y  otra vez que no le amaba, que solo era admiración, cariño, gratitud, pero en su interior una vocecita le recordaba lo contrario.

 Si lo amaba, y ese amor era el peor error que puedo haberse permitido, porque para él solo es una gran amiga con la cual siempre podrá contar, su incondicional y aunque muchas veces lo ha oído decir que estarán siempre juntos en las buenas y en las malas, sabe que eso no le es suficiente, pero el miedo a decirle la verdad es más fuerte, porque sabe que quizás lo perdería para siempre.

Los golpes en la puerta la sacaron de su ensimismamiento, abrió y como cada mañana su imagen le dejo sin habla, y ahí estaba, esa mirada de largas pestañas que le interrogaban por qué había tardado tanto en contestar.

Era tarde y había que iniciar el día, las obligaciones no esperaban había que darse prisa y ella ya se había retrasado más de lo normal.
Un rápido beso a su mejilla marco el inicio de un día más de trabajo a su lado