sábado, 21 de junio de 2008

Carta a Karina

La historia de una chica que puede ser tu hija, tu hermana, tu amiga o tú misma.
México 21 de junio, 2008
Kary:
A unos pocos días de haber pasado las más terribles 100 horas de nuestras vidas, pidiéndole a Dios, nuestro Señor, que te librara de las fuerzas del mal; llorando y rezando por ti sin descansar, sin dormir, sin comer… imaginando tu sufrimiento, tus angustias, tu desesperación, tu miedo… Tú, que has sido siempre la niña más dulce, alegre, cariñosa en exceso, juguetona, sana, piadosa, trabajadora, profesional, amistosa, preocupada por los demás, con grandes dones en el canto y el baile sano… líder en los retiros de Encuentros Juveniles y en los Cursillos de Cristiandad… el alma y el encanto en tu hermoso y envidiable grupo de amigos, siempre unidos como los tres mosqueteros, muchachos sanos como es tan difícil encontrar hoy. Chica de misa y comunión diaria, que convertiste a tantos amigos y amigas que antes se burlaban de ti, la mayoría jóvenes, y otros, no tanto.
Amor, Dios ha forjado unos planes incomprensibles para nosotros; ha permitido que, en apariencia, el mal y sus demonios sueltos venzan al bien.
Pero, ¡qué va, mi vida! Has movido tantos corazones, has sensibilizado a tanta gente, no sólo de Orizaba y la región sino de muchas partes del país y del extranjero, como España, Bélgica, Estados Unidos, Guatemala, El Salvador, Argentina, Chile, El Vaticano y tantos otros lugares, de donde nos ha llegado su oración y solidaridad.
Organizaciones, empresas, medios de comunicación, universidades, escuelas, sindicatos, partidos políticos, autoridades, sacerdotes, obispos, amigos de otras confesiones religiosas, clubes sociales y deportivos… pero sobre todo, Kary, de tantos amigos que tú misma forjaste, de toda nuestra hermosa familia donde a todos nos conquistaste. A tus abuelitos, Meli, Lolita y Trinita, que junto con tus tíos, primos, sobrinos y padrinos, se unieron a nuestra angustia, con el alma en vilo, al borde del infarto, al igual que los amigos de Encuentros Juveniles y Cursillos.
Los últimos tres meses los aprovechaste al máximo, tanto espiritual como humanamente, como si ya supieras que serían los últimos aquí. La preparación y realización del cursillo, donde fuiste un gran pilar para el cambio personal de mucha gente con tu tema del Estudio del Ambiente y tu incomparable testimonio. Tu gran liderazgo en la Pascua Juvenil de Tlaquilpa, en la Sierra de Zongolica, con tus inseparables amigos de Encuentros Juveniles, tu hermanita Ary y tus primos Fernando, Ashly y Jorge. Tu gran apoyo y participación en el último retiro de Encuentros Juveniles. Fuiste también la líder y el alma de la integración del personal de Rectoría, en nuestro trabajo, con la realización, hace apenas un mes, de aquella inolvidable convivencia que organizaste en el rancho El Cortijo. Y lo mejor, Kary, es que todo esto lo realizaste totalmente por la vía de la normalidad, con la naturalidad de cualquier chica de tu edad.
Está surgiendo, Kary, un cambio de conciencia en la sociedad. La rabia y la impotencia que ha generado tu sacrifi cio, Dios lo ha convertido en amor al prójimo. Con tanta oración, Dios no permitió que tu integridad fuera mancillada. Muchos milagros sociales y personales se han gestado en estos días; por eso, amor, hemos empezado, no a comprender pero sí a aceptar, que tenías esta misión; que nosotros somos parte de ese plan, que toda la oración que hubo y sigue dándose en torno a ti nos ha fortalecido, nos ha abierto los ojos, ha madurado nuestra fe. Nos ha enseñado que Dios escribe derecho en renglones torcidos, que donde abundó el pecado sobreabunda la gracia.
Karinita, si ese es el precio que tenemos que pagar todos los que tanto te queremos, al no gozar de tu presencia física, ¡lo pagamos con gusto!, porque tu presencia espiritual ha despertado los dones de muchas personas en nuestra sociedad y estamos seguros que surgirán iniciativas que rescaten nuestros valores humanos y cristianos, que forjaremos una lucha frontal contra los anti valores como la corrupción, los vicios, los abusos y sobre todo, la cultura de la muerte, defendiendo siempre la vida.
¡No, nada de lo que sufriste ha sido en vano! Hemos sentido una gran fortaleza con las dos eucaristías presididas por tu tío Mons. Hipólito, con tantos obispos y sacerdotes, y en una Catedral de San Miguel repleta, a tope; con un gobernador del Estado preocupado por ti, dándonos un apoyo total; y en cada uno de los rosarios de tu novenario cerca de 500 personas acompañándonos y orando por ti.
Karinita, te has convertido en nuestro ángel en el cielo… Hasta ahora y todos los días.


En dias pasados no solo la ciudad de orizaba se vio conmovida por esta tragedia, sino tambien mas alla del estado de veracruz.

Es dificil creer que crimenes de tal magnitud, como lo es el secuestro haya llegado a una ciudad considerada segura, algo que deja la sosobra de que puede volver a sucerder.

FUENTE EL MUNDO DE ORIZABA

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