lunes, 23 de julio de 2007

AUSENCIA


¡Quién me diera tomar tus manos blancaspara apretarme el corazón con ellas,y besarlas... besarlas, escuchando,de tu amor las dulcísimas querellas!


¡Quién me diera sentir sobre mi pecho,reclinada tu lánguida cabeza,y escuchar, como enantes, tus suspiros,tus suspiros de amor y de tristeza!


¡Quién me diera posar casto y süavemi cariñoso labio en tus cabellos,y que sintieras sollozar mi almaen cada beso, que dejara en ellos!


¡Quién me diera robar un solo rayode aquella luz de tu mirar en calma,para tener al separarnos luegocon qué alumbrar la soledad del alma!


¡Oh! quién me diera ser tu misma sombra,el mismo ambiente que tu rostro baña,y, por besar tus ojos celestiales,la lágrima que tiembla en tu pestaña.


Y ser un corazón todo alegría,nido de luz y de divinas flores,en que durmiese tu alma de palomael sueño virginal de sus amores.


Pero en su triste soledad el almaes sombra y nada más, sombra y enojos...¿Cuándo esta noche de la negra ausenciadisipará la aurora de tus ojos...?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Realmente hermoso, cuando amas o simplemente suenhas es como si encontraras en el universo un rincon que es solo tuyo...

MARIAJOSE81

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